¿Cuáles son sus efectos?
La hipertensión sistémica no tiene síntomas obvios por sí sola, y puede no diagnosticarse hasta que aparecen las complicaciones. Las presiones arteriales sistólica y diastólica altas se asocian a un riesgo elevado de tener derrames cerebrales, infartos cardiacos (infarto del miocardio, implica la muerte de músculo cardiaco), ateroesclerosis (formación de placas de grasa en el interior de las paredes de las arterias), insuficiencia renal, y hemorragias cerebrales (sangrado de una arteria al tejido cerebral).
La hipertensión sistémica es la primera causa de agrandamiento del ventrículo izquierdo y de insuficiencia cardiaca congestiva (donde el corazón es incapaz de bombear la sangre adecuadamente) en los adultos. El ventrículo izquierdo (cámara de bombeo principal del corazón) se agranda (se hipertrofia) al bombear con más fuerza a través de las arterias, a los tejidos corporales. Con el tiempo, la hipertensión sistémica puede dañar las arterias, resultando en enfermedad arterial. |